Las actividades de cierre han sido planificados por Montana conforme a prácticas mineras internacionalmente aceptadas, entre las cuales se puede mencionar: cierre de tajo, depósito de colas, escombrera e instalaciones industriales, remoción de estructuras físicas que no sean de utilidad, reacondicionar los terrenos (renivelar y contornear), reemplazo del suelo orgánico, revegetar y reforestar, suavizar pendientes abruptas, medias de control para la erosión.
El cierre técnico y la recuperación ambiental incluye, además de rescatar los sitios que estuvieron sujetos a extracción y procesamiento de minerales, una planificación para que estos queden en condiciones adecuadas para ser utilizados en actividades productivas, como las agrícolas, pecuarias, forestales, turísticas, recreativas o de conservación, una vez que la mina cierre sus operaciones. Parte de esta fase, son las investigaciones de usos de la tierra post cierre, proyectos de cultivo hidropónicos, siembra de especies forestales, crianza de ganado, proyectos avícolas, entre otros.