El patrón oro es el que respalda las economías de los países.
Aunque se dice que las comparaciones son odiosas, las economías peruana y guatemalteca muestran disímiles rumbos de crecimiento. Esto tiene su explicación en el grado de complicación de la conflictividad social.
Además, mientras en el país sudamericano hay mucho apoyo para impulsar esta actividad industrial, en Guatemala los grupos opositores, aunque sean minúsculos, continúan generando problemas y se empecinan en generar mala imagen a las firmas mineras.
Un reporte de la agencia Xinhua muestra que en el Perú no hay indicador económico que sea desalentador. El Producto Interno Bruto (PIB) de la nación andina está en torno a los $158,100 millones, con un ritmo de crecimiento del 6% anual. Tanto los analistas como el Banco Central de Reserva (BCR) han emitido previsiones provisorias para el año 2013, de acuerdo con el cierre de este ejercicio fiscal.
Las reservas internacionales a noviembre de 2012 suman $63,282 millones, cifra superior a los $48,816 del año anterior.Los flujos de capital desde el exterior de enero a septiembre sumaron $18,886 millones, cantidad superior a los $8,946 millones en igual período de 2011.De este total, $8,284 millones corresponden a la inversión extranjera directa (IED), $4.373 millones a préstamos privados y $1,656 millones de la inversión de cartera.
La inflación, está enel rango meta estimado, menor al 4%; la paridad cambiaria es de 2.60 nuevos soles por dólar; la balanza comercial tiene un superávit, hasta octubre, de $2,855 millones; y, el riesgo-país estampa 123 puntos básicos, según consultoras internacionales.
El PIBestá en torno a$158,100 millones y el ritmo de crecimiento registra un 6%, porcentaje refrendado por el Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros organismos nacionales e internacionales.
Todo esto, pese a las dudas que generan la Unión Europea y Estados Unidos, y la eventual desaceleración de la economía china.
El representante del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en el Perú, Fidel Jaramillo, subrayó que el país “está bien insertado en el contexto global y por su diversificación puede aprovechar las oportunidades que ofrecen las tendencias globales, como alimentos y minerales”.
Destacó que “las iniciativas lanzadas por el gobierno del presidente Ollanta Humala dinamizan el mercado financiero y elevan la inclusión financiera, lo que facilitará el crecimiento acelerado de la economía peruana”.
Esfuerzo minero
El principal motor de la economía peruana es el sector minero, que cuenta con compromisos de inversión por $53,423 millones hasta el 2020, de los cuales $10,680 millones (19.99%) responden a compromisos con China, teniendo como pilares a la cuprífera Chinalco, con $1,200 millones.
También hay capitales estadounidenses por $8,947 millones (16.75%); canadienses por $6,787 millones (12.70%), y australianos por $4,670 millones (8.74%).
Datos estadísticos oficiales indican que0.77% del territorio peruano está en explotación y el 0.27% en la etapa de exploración, y existen amplios espacios por desarrollar. Las ventas externas de productos mineros en 2011 sumaron $27,361 millones. El principal mercado es China con el 20.5%.El cobre significó el 41% de las ventas y el oro el 35%.
Mineros peruanos trabajando en la mina Pallancata
Salvadas las distancias
Aunque el territorio de Perú es más de cinco veces mayor (1.3 millones de kilómetros cuadrados) al de Guatemala (108 mil kilómetros cuadrados), su población (30.2 millones de habitantes) casi dobla al número de guatemaltecos (15.7 millones).
No obstante, el PIB per cápita de $6,131 millones afianzado en este milenio rebasa con creces lo que en nuestro país genera cada ciudadano, con sus $2,632 anuales. Incluso, en términos generales, el PIB nacional de los peruanos, desde el punto de vista de la paridad del poder adquisitivo (PPA) es de $299,600 millones, frente a los $78 mil millones de Guatemala.
Estos datos nos dan una idea de lo que hace el sector minero en el país sudamericano, donde el Gobierno empuja con especial deferencia a esta actividad económica.
Mientras tanto, en nuestro país los proyectos mineros se estancan por la oposición de sectores que siempre se han negado a entablar un diálogo serio y abierto para superar las diferencias, y en cambio generan las condiciones para elevar la conflictividad social.